La Vía de la Plata: la soledad hecha camino.

¿Son ciertos los rumores sobre este Camino? ¡Ven conmigo a descubrirlo!

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Cuando leo o hablo con alguien acerca de las diferentes rutas del Camino de Santiago, hay dos afirmaciones que se repiten constantemente en las conversaciones y opiniones de las personas que ya han vivido esta experiencia. Con el tiempo, estos dos mensajes se han ido instalando en un rincón de mi cerebro quedándose allí agazapados y al acecho, como una bombilla encendida en medio de un cuarto oscuro, captando mi atención en cada ocasión en que mi cabeza se plantea un nuevo viaje en bicicleta por la península.

La primera de esas cosas que tanto escucho o leo, es la opinión de que el Camino más exigente físicamente es el del Norte, básicamente por el desnivel que se acumula día tras día subiendo y bajando sus preciosos montes. Aunque también es cierto que el Camino del Norte es uno de los más atractivos visualmente hablando ya que los paisajes del litoral Cantábrico -donde se juntan montañas, acantilados, prados y océano-, resultan sin duda tan sobrecogedores como dramáticos para cualquiera que tenga la fortuna de disfrutar de ellos.

La segunda cuestión que me ha llamado mucho la atención es que prácticamente todo el mundo coincide en que el Camino más duro mentalmente hablando es la Vía de la Plata. Solitario y en ocasiones monótono, se puede pensar que no es una opción válida para cualquier persona, que mejor elijas otro Camino si lo tuyo es relacionarte con gente o caminar por verdes y frondosos bosques, pero lo que sí es cierto es que todas las personas con las que he conversado que han realizado esta peregrinación, hablan tan positivamente de su experiencia -incluso afirmando que es su Camino preferido-, que finalmente he asumido que algo de magia tienen que esconder esos senderos que atraviesan la península Ibérica, dese Sevilla hasta Santiago de Compostela.

Solitarios caminos en la Vía de la Plata

La dureza del Norte tuve la ocasión de comprobarla en primera persona durante el verano de 2021, cuando recorrí junto con mi hermana los más de 1 000 km que separan Irún de Finisterre. Ahora puedo confirmar bajo mi propia experiencia, que todo lo que me habían contado acerca de esta ruta era cierto, pero al mismo tiempo fue un viaje tan revelador que ahí es donde comenzó mi afición por los viajes en bicicleta.

Ya solo quedaba prendida en mi cerebro la bombilla de la Vía de la Plata y por fin encontré el momento de vivir esta aventura. Una soleada mañana del mes de octubre nos plantamos en Sevilla mi bicicleta y yo, dispuestas a descubrir qué es aquello que ha enamorado a tantos y tantos viajeros a lo largo de los siglos.

Espero que disfrutéis con mi relato.

2 comentarios. Dejar nuevo

  • R.E.V /EnBiciNoHayLimites
    13 de marzo de 2023 00:07

    He visto tu video y me encanta y mas al puro estilo aventurero con la casa de desaucios jeje (la llamo asi yo jej). yo este año hare el camino de madrid a santiago en bikepacking con mi phanton una rockrider y a disfrutar

    Responder
    • Hola, /EnBiciNoHayLimites:
      Disculpa que haya tardado tanto en contestar. Tu comentario me pilló en pleno viaje y, para serte sincera, cuando estoy fuera no me llega el tiempo para hacer todo lo que quisiera 😅. Creo que ya hablamos por YouTube, ¿verdad? De cualquier forma, me encanta la idea del Camino De Santiago desde Madrid, seguro que lo vas a disfrutar mucho. ¡Suerte y a por ello!

      Responder

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