La tormenta y fuertes vientos nos sorprenden en Tenerife.
[lwptoc]
La tormenta y fuertes vientos nos sorprenden en Tenerife.
Salimos del hotel que estaba situado en el centro de Sta. Cruz y nos fuimos bordeando la costa dirección norte hasta que llegamos a la playa de las Teresitas. Era domingo y encontramos muchas grupetas ciclistas y gente corriendo por el paseo marítimo, había un gran ambiente.
Girando a la izquierda nos alejamos de la costa cuando tomamos la preciosa carretera nacional que subía al Parque Rural de Anaga; hoy habíamos planeado hacer unos 55 km de los que, alrededor de 40, eran de subida. Pero esto no era lo que nos preocupaba aquella mañana. Nuestro problema venía de la previsión meteorológica pues se avecinaban fuertes vientos que irían a más según pasaran las horas.
La nacional discurre junto al barranco de Huertas. En el horizonte, escarpados picos con sus laderas cubiertas de frondosos bosques de laurisilva, nos invitaban a deleitarnos con tanta belleza. Tras unas cerradas curvas de herradura, giramos rumbo al sur.
Las vistas de toda la carretera no dejaban de asombrarnos mientras el viento soplaba cada vez con más fuerza.
Y según por donde avanzábamos, quedábamos más expuestas al viento lo que nos hacía tener más y más dificultades para avanzar.
Por fin, después de incluso habernos tenido que bajarnos de la bici en algún tramo para evitar irnos al suelo, llegamos a Río donde tomamos un desvío para meternos en un bosque que nos protege del viento. Comenzamos una bajada por una pista donde nos cruzamos con muchos senderistas que disfrutaban de la mañana del domingo en la naturaleza. Un poco antes de llegar a Pedro Álvarez volvemos a salir al asfalto.
Es hora de pararnos a comer los bocadillos que traemos en la mochila y lo hacemos en un parque que encontramos antes de entrar en el pueblo de San Cristóbal de la Laguna. Entonces me doy cuenta de que, en algún punto del camino, he perdido la luz trasera. Tendré que parar en alguna tienda de bicis a comprar una.
Apenas nos quedan unos 10 km para llegar a La Esperanza, nuestro destino de hoy, pero el tiempo empeora más y más cada vez y el viento racheado es tan fuerte que en más de una ocasión nos empuja fuera de la carretera. Para colmo, encontramos mucho tráfico y, por primera vez desde que hemos pisado Canarias, encontramos que los conductores no nos respetan en absoluto y nos pasan a escasos centímetros, poniéndonos en peligro continuamente. Pasamos bastante miedo y en algunos tramos decidimos bajarnos de la bici para evitar tener un accidente.
Por fin en La Esperanza llegamos al hostal donde vamos a pasar la noche. Afortunadamente, el personal que nos recibe es extremadamente amable y nos ayuda a instalarnos y a subir las bicis hasta nuestro cuarto.
Lo primero que hacemos en poner en marcha la calefacción para entrar en calor y tras una buena ducha de agua caliente y una deliciosa cena de supermercado, nos sentamos a reorganizar nuestro viaje: mañana hay temporal y no vamos a poder casi ni salir del hostal, por lo que perdemos un día de ruta. Tenemos que tomar una dura decisión. Definitivamente y muy a nuestro pesar, nos vemos obligadas a sacrificar El Hierro.
2 comentarios. Dejar nuevo
Ufff, que rabia, en todos lados hay gente que no respeta al ciclista… en fin, aprenderán algún día…
Que lástima lo del Hierro, es una isla espectacular… otra razón mas para volver 😊
Sí Juanky, sin duda volveré para hacer El Hierro y La Palma. ¡Ya lo estoy deseando!