Etapa 15: Lisboa – Setúbal

Cruzo el Tajo y termino la etapa con un final inesperado.

[lwptoc]

18 de noviembre de 2021. 38 km / 197 m+

Me levanto muy temprano con la intención de embarcarme en el primer barco que cruza el Tajo desde la estación marítima de la Torre de Belém hasta Trafaria, en la otra orilla del río. Después de comer algo de fruta y terminar de cargar las maletas en la bici, salgo del hostal con la precaución de llevar las luces encendidas ya que todavía no ha salido el sol. Me sorprende ver a un gran número de lisboetas que practican running por todo el paseo marítimo a esas horas. La fuerza de voluntad del ser humano es admirable.
En la terminal compro un billete de solo ida por menos de dos euros y espero a que llegue el barco. Un amable vigilante me indica dónde me tengo que colocar y, una vez a bordo, me doy cuenta de que soy la única pasajera.

Normalmente, el barco hace una primera parada en Porto Brandao antes de llegar a Trafaria pero en esta ocasión, no sé si es porque no hay pasajeros o si lo hacen así siempre en el primer viaje de la mañana, cruzamos directos a Trafaria. Afortunadamente, en ese momento estaba curioseando en el Google Maps y me di cuenta de ello desembarcando a tiempo. Si no lo llego a ver, esperando la segunda parada, me hubiese visto de nuevo en Lisboa compuesta y con bici…

Amanece con el puente 25 de abril al fondo

Me bajo del barco y comienzo a rodar buscando una cafetería donde poder desayunar y coger fuerzas para afrontar la etapa de hoy. Es temprano y todo está cerrado. Aprovecho para hacer unas fotos en el puerto.

Trafaria

A partir de aquí llevo conmigo la guía de viajes de BiciMap “El Algarve y la Costa Vicentina” (www.guiasbicimap.com), que me va a ser de gran ayuda en mi viaje de Lisboa a Sevilla en bicicleta. Además de orientarme con sus tracks, la información de interés de cada lugar por el que paso me es de gran ayuda para conocer las zonas que visito. Siento que, en la primera parte del viaje, me he dejado muchas cosas importantes que visitar al no haber tenido suficiente tiempo de preparar la ruta y estudiar al detalle por dónde íbamos a pasar. Y es que se necesita tiempo para todo.

Guía de viaje BiciMap

La ruta de hoy atraviesa pequeñas poblaciones, campos de cultivo y muchos caminos arenosos entre bosque, donde hay que extremar la atención a la conducción para que la rueda delantera no se gire y me haga acabar con los huesos en el suelo. Tengo más de un susto pero finalmente salgo sana y salva.

Encuentro largos tramos de caminos arenosos

Voy saliendo de las zonas urbanas y los repechos comienzan a hacer acto de presencia. Los cambios de mi bici comienzan a fallar y me cuesta subir piñones, no sé qué es lo que puede estar ocurriendo pero continúo ruta como puedo.
El camino cada vez es más bonito, estoy rodeada de bosques de alcornoques, madroños con sus frutos maduros ya de un rojo intenso y alguna que otra quinta señorial aparece de vez en cuando.
La guía me muestra una alternativa por la costa, pero prefiero seguir por los bosques y riachuelos que me están gustando tanto. Vadeo algún que otro cauce sin problema gracias a las rodadas laterales y pienso en lo divertido que sería hacer toda esta zona con la bici sin maletas. La mala noticia es que continúo con los problemas mecánicos y cada vez, con más frecuencia, tengo que bajarme a empujar la bici.

Bosques de alcornoques y madroños

En un momento dado me desvío de la ruta y me encuentro con un camino cerrado. Vuelvo atrás buscando una salida pero tengo que volver a girar de nuevo pues no se puede continuar por donde iba. Al final asumo que estoy perdida y, tras una hora dando vueltas tratando de encontrar el track correcto, me meto por un sendero donde más adelante veo un letrero que me informa de que estoy en un camino particular pero que soy bienvenida y que, por favor, respete el lugar. Eso sí, también me informa de que hay cámaras que me están grabando.
Por fin diviso a lo lejos unas casas y me oriento hasta llegar a la carretera donde vuelvo a enlazar con la ruta original. A esas alturas solo puedo rodar en llano y cuesta abajo y me toca hacer bicipateo cada vez que encuentro una cuesta, que haberlas las hay y bastante empinadas.
Pero pronto llego a la bonita Setúbal que me recibe con sol y calor.

Setúbal

Entro a la ciudad por la parte del puerto y avanzo por el paseo marítimo donde se suceden uno tras otro, las bonitas terrazas de los restaurantes de pescado. Era una buena hora para parar a comer algo pero, debido al problema que traigo en la bici, creo que no era el momento indicado, el almuerzo tendrá que esperar.

Puerto de Setúbal

Pasada una zona con unas curiosas esculturas de delfines pintadas de colores, me paro y llamo a Luis, otro amante de la bici de montaña con el que había quedado para vernos. Además, Luis es el organizador de la “TransAlgarve” (www.transalgarvemtbrace.com), una de las carreras de mountain bike por etapas que tengo pendiente en mi agenda. Le comento mi problema y enseguida me muestra su apoyo. Finalmente y tras evaluar la situación, contrato un servicio de transporte para mi bici y para mí de vuelta a Lisboa.
Justo antes de subirme al taxi, veo aparecer a mi amiga Silvia con la que había estado en contacto toda la mañana y que sabía de mi problema. Con el tiempo justo de darnos un gran abrazo, nos deseamos lo mejor y pongo rumbo a Lisboa.

De vuelta a Lisboa

Se me hace curioso que, el recorrido que en bicicleta me ha costado toda una mañana, lo pueda hacer de vuelta en apenas cuarenta y cinco minutos que es lo que tardamos en llegar hasta “Lisbon Bike Shop” (www.lisbonbike.pt) donde me atienden con mucha amabilidad empaquetándome la bici a marchas forzadas para poder tenerla lista y embarcar a la mañana siguiente de vuelta a Palma, en el único vuelo directo de la semana. Finalmente, tras una tarde de mucho estrés, llego al hotel donde me espera Helena (la cual no ha dejado de ayudarme en toda la tarde) y al fin puedo descansar con todo ya gestionado: bici desmontada y metida en la caja, transporte de la bici al hotel, billete de avión de vuelta a Mallorca y reserva de habitación en un hotel cerca de la terminal del aeropuerto.
A la mañana siguiente, como el servicio de transporte de pasajeros y maletas del hotel estaba bastante solicitado, decidimos cargar con nuestras bicis y alzando las cajas a pulso, llegamos a la terminal con los brazos y hombros bien doloridos. Menos mal que apenas hemos tenido que recorrer trescientos metros.
Llegamos a Palma. Ahora toca encontrar el fallo en mis cambios, solucionar el problema y volver cuanto antes a Lisboa para continuar el viaje donde lo dejé. Y eso será justo una semana más tarde.

Aeropuerto de Palma de Mallorca
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