Etapa 23: Alvor – Olhão

Esta noche he pasado mucho frío y he dormido muy mal. A las 5 de la mañana ya estaba en pie y recogiendo todos los trastos. Anoche, en vista de que la costa está muy urbanizada y me resulta de poco interés excepto algún que otro escaso lugar, miré de tomar un camino por el interior, pero mis planes dieron al traste cuando vi que la previsión meteorológica no era buena. No me queda otra que tirar por la costa.
Poco antes de meterme de lleno en la zona turística, me acerco a las playas de Careanos y de Rocha para hacer unas fotos. El mar continúa en calma y, al ser sábado, se ve más gente paseando y disfrutando de este soleado día.

Un poco más adelante me voy metiendo de lleno en la urbanización plena del litoral y ya, prácticamente toda la etapa, se va a desarrollar con este paisaje de edificios, edificios y más edificios.

El día continuaba siendo espléndido y, de vez en cuando, me encontraba con viñedos como este que, con el color rojo de sus hojas hacían un bonito contraste con el cielo y los árboles del fondo.

Al ver que pasaban los kilómetros y la monotonía paisajística continuaba, decido que voy a aprovechar el día para avanzar lo más posible y así pasar de largo cuanto antes esta zona tan poco interesante. Salvo en contadas ocasiones, no vuelvo a ver nada que me llame la atención y voy dejando atrás Albufiera, Quarteira y Faro, dejándolo atrás a través de unas bonitas pasarelas en el Parque Natural da Ria Formosa.

Poco antes de dejar el Parque, la pasarela forma un puente donde tengo la oportunidad de fotografiar estas bonitas fochas comunes.

Al final del día consigo avanzar alrededor de 90 km y ya he dejado atrás la parte menos interesante del camino. Mañana volveré a disfrutar de la ruta pero hoy ha llegado la hora de descansar y recuperar sueño. En el Camping Olhão pregunto por un bungalow pero la oferta no es muy interesante: mínimo dos noches, sin baño privado y pagando la electricidad consumida aparte. Me tendré que conformar con una parcela donde poner mi cómoda tienda y extender mi esterilla hinchable.
Esa noche conozco a una pareja de belgas que van a pasar todo el invierno en este camping, en su cómoda caravana. Tienen planeado recorrer el Algarve sin ninguna prisa y para ello se han alquilado un coche. También me cuenta que este verano se recorrieron el norte de España, también con su caravana. ¡Lo mismo coincidimos en algún lugar entre Roses y Finisterre sin saberlo! Nos pasamos un buen rato cambiando impresiones y curioseando mutuamente sobre nuestras vidas viajeras hasta que me doy cuenta de que el tiempo se me ha echado encima y es hora de irse a dormir.